19.7.09

Boris Vian el Varón dandy




Un hombre de un humor ácido, formado bajo el desprecio de el ejercito, iglesia y dinero dando como resultado sus multiples facetas como músico y crítico de jazz, autor dramático, novelista, poeta, libretista, director de orquesta....Boris Vian siempre aprovechó lo que supo para vivirlo con una gran pasión.
























Fais Mois Mal
Fais Mois Mal -Hazme daño, hazme daño, porque a mí me gusta el amor que hace… Pum! Pero Johnny no se lanza, hasta que le he insultado salvajemente, le he llamado de todo y más cosas. Y Johnny me hace daño, finalmente. Me haces daño Johnny, no, con los pies no,…



El mes pasado se publicó este artículo, firmado por Carles Gámez, en el suplemento Cultura/s, de la Vanguardia España
Semblanza de Boris Vian Cuentan sus biógrafos y quienes le conocieron, que se reía con indiferencia y elegancia de la seriedad intelectual de su tiempo (Sartre&Co), lo que le condenó a un casi ostracismo hasta que tras su prematura muerte, infarto a los 39 años, le llegó la consagración a través de sus novelas (por ejemplo La espuma de los días).
(Como anécdota, la canción Lobo Hombre en Paris del primer LP de La Unión, está inspirada en su cuento El lobo-hombre.)
Reproduzco el artículo:

dVARÓN DANDY
Boris Vian A los 50 años de su muerte, su influjo va de Serge Gainsbourg al argentino Andy Chango
Además de novelas y canciones, Vian deja a la posteridad un personaje, un estilo y una manera de actuar con elegante indiferencia y humor
por CARLES GÁMEZ

Mientras asistía a una proyección privada de la adaptación cinematográfica de su novela "J'irai cracher sus vos tombes" (Escupiré sobre vuestra tumba), Boris Vian sufre un infarto que le provoca la muerte. Vian tenía 39 años y dejaba como balance, además de la profesión de ingeniero, una obra plural, creativa y generosa que se extendía por casi todos los géneros, novela, poesía, teatro, música, crítica, cabaret, ópera, y un extenso volumen de canciones. Ni más ni menos que 478 títulos que abastecerán intérpretes tan diversos como Juliette Gréco, Henri Salvador, Serge Regianni, Mouloudji, Magali Noel - la despampanante Gradisca de Amarcord-, Catherine Sauvage o Yves Montand, por no hacer la lista interminable. Añadamos que hasta compuso canciones para Brigitte Bardot, aunque esta nunca las llegaría a grabar.
La canción y el jazz serán sus dos grandes pasiones con el paisaje animado del Saint-Germain-des-Prés de la posguerra y en el que ejerce como uno de sus grandes maestros de ceremonias. Boris Vian se convertirá en una de las atracciones del París Rive Gauche que los americanos transforman en tarjeta postal para gusto de intelectual neoyorquino y Audrey Hepburn en destino soñado en "Una cara con ángel". Armado de su trompeta, Vian es el príncipe noctámbulo que anima las veladas musicales del Tabou, el primer club subterráneo de moda y donde se cruzan Jean Paul-Sartre y turistas ávidos de conocer el París existencialista, de vicio y depravación. Aunque solo sea por ver en pantalones a Juliette Gréco y sus amigas, prototipos de la nueva bohemia antimoda. En otro club, el Saint-Germain-des-Prés, Boris ejerce de anfitrión de Miles Davis, Charlie Parker y otros insurgentes del jazz. Participa en las disputas y querellas que atraviesan el género musical, Vian es de los que creen que el jazz tiene que evolucionar. En otro cabaret, Les Trois Baudets, conoce a Jacques Canetti. Hermano del futuro premio Nobel y autor de "Las voces de Marrakech", Canetti ejerce de promotor musical y director artístico del sello Philips y su local sirve de puerta de embarque para nombres como Georges Brassens, Jacques Brel, Brigitte Fontaine o un Serge Gainsbourg debutante que asoma sus grandes orejas y nariz eslava para asombro del personal. Gainsbourg siempre reconocerá su deuda con Vian y adoptará las maneras del dandy insolente de este último mientras su escritura recoge muchos de los hallazgos literarios de Vian, juegos de palabras, caprichos lingüísticos y otras mixturas literarias. Canetti anima a Vian para que debute como intérprete y el estreno oficial tiene lugar en 1955. Como recordará Gainsbourg, su paso por el escenario "será como una alucinación". Sin la menor concesión y gesto de comunicación con el público, Vian transforma su timidez y angustia en distancia y frialdad. Da una vuelta de 180 grados a la canción de autor con títulos provocadores como "Les joyeux bouchers" o "Le deserteur", que le procura las iras de los patriotas en plena contienda de Indochina y declive colonial como unos años después, la versión reggae de La Marsellesa, entre los seguidores de Le Pen que realiza Gainsbourg.
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La canción, censurada en la radio, servirá después para todo tipo de causas y guerras. Vian es también el autor ingenioso de canciones satíricas sobre el consumismo que viene como "Complainte du pogrès", que décadas después Guillermina Motta pondrá en circulación en catalán.
Con Henri Salvador da rienda suelta a una serie de temas de rock'n'roll con acento francés. Sin proponérselo serán los patrocinadores del rock made in France.
Para Philips, el sello que dirige Canetti y en el que trabajará durante varios años, graba sus primeros discos con el título de "Chansons imposibles" y "Chansons posibles". Los discos serán un fracaso, las canciones de Vian parecen adelantarse varias décadas al gusto popular, como dice Georges Brassens que admira su talento, llegará un día en el mundo cantará las canciones de Vian. Y no andaba muy desencaminado, sólo unos pocos años después de su muerte, Serge Regianni consigue un gran éxito con una antología de sus canciones mientras la carta abierta y musical del desertor emprende de nuevo su vuelo. Entre otras canciones, Vian deja pequeñas joyas como "Je bois" o "J'suis nov", donde pone su aguijón satírico sobre sus círculos próximos y exquisitos. Nacha Guevara, Zizi Jenmmaire y Andy Chango también se servirán de ella para sus "mise en scene" particulares.
Criado en el seno de una familia de la alta burguesía a la que la crisis del 29 deja en la ruina, Vian, a pesar de su origen social, crecerá como escribe Noël Arnaud en su ensayo sobre el escritor, "Las vidas paralelas de Boris Vian"(Versal), "en el más completo desprecio de la Trinidad social: Ejercito, Iglesia y dinero, y que tal educación le pareció excelente". Por supuesto que estos tres pilares no se librarán más adelante de sus invectivas y proyectiles satíricos en muchas de sus obras. En 1946, escribe bajo el seudónimo de Vernon Sullivan, su álter ego americano, la novela de género negro, "Escupiré sobre vuestra tumba" en forma de bomba literaria. El libro es acusado de pornográfico y su autor perseguido en un proceso que durará varios años y que acabará con su absolución. Gracias al escándalo, la novela vende más de trescientos mil ejemplares mientras la crítica no le perdonará su impostura literaria.
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Pero no será hasta después de su muerte cuando conozca su fama como escritor con "La espuma de los días", "La hierba roja" o "El arrancorazones". Vian formará parte de la generación que abre sus ojos bajo la ocupación nazi y el régimen de Vichy, "Avoir vingt ans en juin 1940..." escribirá más tarde. Una parte de esta juventud mostrará su rechazo social abrazando las músicas americanas, el jazz se encuentra entre los géneros estigmatizados por el régimen nazi. A estos jóvenes "americanos" se les conoce como "zazous" y piensan y se visten con "swing". La música americana y el jazz, a pesar de los bombardeos y el estado de excepción, animan las veladas nocturnas y los llamados "surprises-parties" que Vian cultiva con su mujer Michelle. En una de sus veladas domésticas, "fiestas-tarta", tendrá lugar la famosa ruptura Albert Camus-Merleau-Ponty. Vian con humor declara: "Por fin ha ocurrido algo". Cultivador de lo extraño y surreal formará parte de la Escuela Patafísica , una Sociedad de Investigaciones Eruditas e Inútiles, herencia del dramaturgo Alfred Jarry y donde oficia de sátrapa entre otros, con Raymond Queneau y Jacques Prevert. Entre otras virtudes, la academia presume de ser "la única institución que no pretende salvar el mundo". Una declaración de intenciones que parece firmada por el propio Boris Vian.
El diletantismo de Vian se extenderá también por el teatro y el cine, en este último ejercerá de guionista y sobre todo de actor a las ordenes de Pierre Kast y Roger Vadim, que lo compromete en el reparto de "Les liasons dangereuses", adaptación contemporánea de la obra de Pierre Choderlos de Lacros que suscita un gran escándalo. En defensa de la película actúa un abogado llamado François Mitterrand, pero Vian no llegará a ver su estreno, al morir unos meses antes. A la posteridad, además de novelas y canciones, dejaba sobre todo un personaje, un estilo y una manera de actuar, las formas de un dandy, que, con elegante indiferencia, se enfrentan a las dificultades de la vida, con inteligencia y humor. Vian, frente a la indignación o la denuncia, se inclina por el cultivo de la ironía como arma de combate y el sarcasmo como contragolpe. La grandeza del creador que sabe proyectar su talento con curiosidad y sin deseos de eternidad.
Carles Gámez
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